Ante el incremento de la gravedad de los casos de ictus por culpa del COVID-19, las enfermeras enseñan a los ciudadanos cómo detectarlo y actuar para evitar las peores complicaciones

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce cuando una arteria del cerebro se cierra bruscamente por un trombo – ictus isquémico- o por su rotura -ictus hemorrágico o derrame cerebral-. Cada año se producen más de 120.000 casos en España, lo que equivale a 1 cada 6 minutos.

Es la segunda causa de mortalidad en nuestro país, la primera en mujeres y el primer motivo de invalidez en los países occidentales. Una patología que se ha visto agravada por la pandemia, pues los ictus sufridos en pacientes con SARS-CoV-2 son más graves, provocan más discapacidad a largo plazo y mayor mortalidad. A ello se suman las sospechas crecientes de que el COVID-19 incrementa el riesgo de ictus.

Por ello, con motivo del Día Mundial del Ictus que se celebra cada 29 de octubre, el Consejo General de Enfermería ha editado una infografía y un vídeo animado con recomendaciones para saber cómo detectarlo y cómo actuar ante un posible caso. “El ictus es una emergencia sanitaria que requiere atención urgente en las primeras 3-6 horas, pues la actuación precoz es fundamental para evitar muertes y reducir las consecuencias de las secuelas que provoca, por ello resulta de vital importancia detectar sus síntomas y actuar con celeridad. Sin embargo, durante la pandemia muchas personas han cogido miedo a acudir a urgencias o pedir asistencia sanitaria, lo que puede ser fatal en una patología tan tiempo-dependiente como esta, máxime cuando se ha comprobado que el COVID-19 es un factor de riesgo”, explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Instrucciones

Si una persona al sonreír o enseñando los dientes tiene la boca torcida, presenta dificultades de movimiento para sentarse o levantarse, no puede levantar los brazos o coger algún objeto con cada mano, tiene problemas para hablar o lo hace sin sentido, pierde la visión de forma total o parcial, con sensación de vértigo o desequilibrio y dolor de cabeza intenso y repentino, puede estar sufriendo un ictus. Por ello, en la infografía se dan unas sencillas instrucciones para comprobar los síntomas, tales como pedirle sonreír, que conteste a alguna pregunta o que levante ambos brazos. Indicaciones que podemos realizar con una tercera persona, o frente a un espejo si estamos solos. “Ante estos síntomas es imprescindible buscar asistencia sanitaria urgente”, destaca el presidente de las enfermeras españolas.

El ictus puede darse a cualquier edad, pues si bien su incidencia aumenta a partir de los 60-65 años, entre un 25 y un 30% de los afectados tiene menos de 65 años. Pero también hay que tener en cuenta que está en nuestras manos prevenirlo. Para ello las enfermeras recuerdan que “tener unos hábitos de vida saludables, abandonar el tabaco, controlar el colesterol y la diabetes, cumplir con los tratamientos prescritos o evitar el consumo de alcohol son claves para la prevención”. Además, “especialmente importante, por el riesgo asociado que supone, es prestar atención a nuestra presión arterial, para la detección precoz de la hipertensión, sobre todo si tenemos antecedentes familiares, de tal forma que sea posible el establecer un tratamiento para su control”, subrayan.

Campañas de divulgación

Estas recomendaciones se unen a todos los materiales que la Organización Colegial de Enfermería lleva difundiendo, desde que comenzó la pandemia, para ayudar a la población. Cómo detectar el cáncer de mama en tiempos de COVID-19, cómo se mueve el coronavirus en el aire o aprender a diferenciar las distintas pruebas para detectar la enfermedad, son algunas de ellas. Todas se pueden encontrar en el apartado COVID-19 de la web del Consejo General de Enfermería.