España necesita casi 14.000 enfermeras en las UCIs en el escenario más duro de la pandemia y 5.000 en el más benévolo

La saturación de las UCIs y una mortalidad descontrolada es el temor que une a políticos, sanitarios y ciudadanos. Además de camas disponibles en Cuidados Intensivos y tecnología, este servicio hospitalario con pacientes en una situación de salud comprometida -por el COVID-19 o por cualquier otro motivo- requiere de profesionales sanitarios suficientes para atender a esas personas.

Al déficit estructural de enfermeras en España, muy alejados de la media europea y con ratios bajísimas en algunas CC.AA., se añaden las carencias específicas en los servicios de Cuidados Intensivos. Un estudio llevado a cabo por el Consejo General de Enfermería revela que, en un escenario pesimista de evolución de la pandemia, nuestro país requeriría de cerca de 14.000 enfermeras (13.426) más en las UCIs para poder dar respuesta a una posible ocupación total de las camas disponibles.

La investigación también refleja que en un panorama intermedio -con un 60 por ciento de ocupación de las camas UCI- se requerirían entre 7.600 y 9.166 enfermeras para poder atender a los pacientes. Si la pandemia evolucionara mejor de lo previsto, con una ocupación de camas de un 30%, se necesitarían entre 4.500 y 6.000 enfermeras, según refleja el estudio.

“Aumentar la capacidad de atención en las Unidades de Cuidados Intensivos, no sólo consiste en aumentar el número de camas, respiradores u otras infraestructuras. Se necesitan profesionales para atender adecuadamente a estos pacientes y es importante advertir que una enfermera de Cuidados Intensivos no se forma de la noche a la mañana. Mediante algunas iniciativas somos capaces de dar una respuesta inmediata y paliar, en la medida de lo posible, la presión asistencial que viene, pero no olvidemos que son parches. Se hace preciso una adecuada planificación en la que se cuente con expertos”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Formación
En la rueda de prensa virtual en la que se han presentado los datos también ha participado la presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Críticas, Marta Raurell Torredá, quien ha explicado una propuesta para paliar el enorme déficit de enfermeras. “La pandemia -asegura- ha puesto de relieve que faltan enfermeras especialistas en cuidados críticos. Ante la falta de reconocimiento de dicha especialidad, informalmente se ha sustituido durante años con formación de máster. Pero ante la presión asistencial actual, se han incorporado a las UCI enfermeras de otros ámbitos asistenciales sin formación específica en críticos, por lo que la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Críticas (SEEIUC) se adhirió al programa europeo ‘C19_SPACE’ cuyo objetivo es proporcionar a enfermeras no intensivistas, conocimientos fundamentales sobre el reconocimiento precoz y el manejo del paciente grave mediante un curso corto (16 horas online teóricas y 6-8 horas presenciales prácticas con casos clínicos interactivos y experiencias de realidad virtual). En el marco de este programa ya están trabajando 185 enfermeras formadoras con 1.258 enfermeras como alumnas”.

Datos autonómicos
“En este trabajo hemos analizado también la situación en cada Comunidad Autónoma. La mayor escasez de camas de UCI se da en La Rioja, con 6,34 camas por cada 100.000 habitantes; Ceuta y Melilla, con 7,58 y, tras un salto cuantitativo, otras como Cantabria (10), País Vasco (10,05) o Castilla-La Mancha (10,07). En el otro extremo, las regiones con una buena densidad de camas UCI son Madrid (14,97), Islas Baleares (14,88) y la Comunidad Valenciana (14,16)”, afirma José Luis Cobos, vicesecretario general del Consejo General de Enfermería.

Los mayores aumentos en la creación de nuevas camas UCI a raíz del COVID se observan en La Rioja, Murcia y el Principado de Asturias. Respecto a la tasa de ocupación actual de las camas de UCI, una franja en la zona norte que incluye a Asturias, Castilla y León, La Rioja, Aragón y Cataluña marca las regiones con más saturación en este momento. “Destaca de forma preocupante la situación de la Ciudad Autónoma de Melilla, con una ocupación de UCIs superior al 70 por ciento”.