El Consejo General de Enfermería (CGE) y la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac) instan al Gobierno central y a los autonómicos a incorporar a las enfermeras como asesoras externas en el proceso de selección de vacunas.
Tal y como defienden ambas instituciones, contar con las profesionales que realizan el acto vacunal ayuda a mejorar la seguridad y sostenibilidad del mismo. En definitiva, consideran imprescindible contar con el valor de las enfermeras para hacer seguro, minimizar riesgos, garantizar la calidad y hacer más sostenible el proceso vacunal.
“Las enfermeras somos los profesionales que están en todo momento durante el acto vacunal, desde la captación, hasta la preparación, administración y posterior observación de posibles efectos adversos. Es indudable que debemos estar en la toma de decisiones en este ámbito y las administraciones deben tenerlo en cuenta. No se puede hablar de vacunas sin las enfermeras”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
En esta misma línea se muestra Inmaculada Cuesta, secretaria de Anenvac, que relata la importancia de apostar por la participación de las enfermeras en la planificación, gestión y evaluación de los programas vacunales, ya que pueden aportar la experiencia y formación de otras enfermeras que son las que administran estas vacunas. “Sabemos que hay pocas enfermeras en estos puestos de gestión en las comunidades, por lo que se hace necesario que haya muchas más con estas capacidades de decisión. Esto haría que los programas vacunales fueran más seguros en todos sus niveles y para toda la población. Nunca olvidemos que la vacunación segura es parte de los cuidados que prestan las enfermeras”, subraya Cuesta.
Explicar y reseñar
Con el objetivo de explicar y reseñar los puntos clave de la seguridad en las vacunas, ambas instituciones, con la colaboración de Sanofi, han lanzado una infografía y un vídeo animado con todos estos detalles. Ha sido en el marco del IV Congreso Nacional de Enfermería y Vacunas, celebrado en Sevilla, donde se ha presentado este documento. “Las enfermeras son las profesionales fundamentales para poder realizar un acto de vacunación seguro a lo largo de todo el proceso de inmunización, en el antes, durante y después. Con tres puntos fundamentales, la seguridad para el paciente, la seguridad para el profesional basada en las buenas prácticas y la seguridad para la comunidad y el medio ambiente. El conocimiento de todas estas pautas hará un acto más seguro para todos y dará más confianza a la población en las vacunas y las inmunizaciones”, resalta la secretaria de Anenvac.
Por su parte, José Antonio Forcada, presidente de Anenvac, considera que son las administraciones las que deberían estar más interesadas en evitar que el proceso vacunal pueda acarrear errores que repercutan en la confianza de la población en las vacunas. “Conocer y aplicar todos aquellos mecanismos y herramientas para minimizar los riesgos de errores y accidentes en la administración de las vacunas, así como facilitar el proceso de la inmunización con envases más accesibles y sencillos de utilizar, sin necesidad de efectuar reconstituciones, disminuyendo también el riesgo de punciones accidentales en las enfermeras”, puntualiza Forcada.
Huella medioambiental
A la seguridad del paciente y de los profesionales también se suma la necesidad de disminuir la huella medioambiental que generan las vacunas. “En un momento como el actual, en el que el cambio climático es uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos, se debe apostar por embalajes de cartón y libres de plástico. En definitiva, debemos optar por un tamaño reducido de los envases para optimizar el espacio y las condiciones de almacenaje”, resalta Florentino Pérez Raya.
Por su parte, Guadalupe Fontán, coordinadora del instituto Español de Investigación Enfermera del CGE, durante su ponencia en el congreso, ha puesto el foco en la importancia de potenciar también la seguridad para el medio ambiente. ““No podemos dejar de pensar en el impacto medioambiental que conllevan las vacunas y, por eso, desde las administraciones y los gobiernos se deben gestionar adecuadamente los residuos y desarrollar planes que permitan minimizar la cantidad de residuos que se generan. Además, las enfermeras tenemos mucho que aportar en los criterios técnicos de adquisición de los productos y materiales que usamos en el acto vacunal. Los costes sociales y medioambientales que generan los residuos del acto vacunal son elevados y cualquier mejora en el proceso puede generar un impacto positivo por la reducción de CO₂ y por lo tanto en la salud de la población”, puntualiza.
En definitiva, para las enfermeras es importante conocer todos estos detalles porque los colectivos antivacunas utilizan los problemas de seguridad, fallos y reacciones adversas como excusa para cargar contra las vacunas. Por esto mismo, para conservar y fomentar la confianza en las vacunas es necesario continuar minimizando los riesgos, fomentando la seguridad, confianza y adherencia a las vacunas.