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El Consejo General de Enfermería, a través de su Instituto de Investigación, ha elaborado una infografía con los pasos y recomendaciones para una correcta extracción de las muestras de hemocultivos en la que revisa y actualiza los conocimientos de esta técnica para disminuir los resultados de falsos positivos y reducir las complicaciones. ESTA INFOGRAFÍA es resultado de la guía sobre hemocultivos que el Consejo General de Enfermería editó en febrero de 2020.
El hemocultivo es un método diagnóstico para la detección de bacterias y otros microorganismos en sangre. En el 100% de los casos de sepsis, por ejemplo, tras la sospecha clínica, hay que realizar un hemocultivo, que es el que determinará la necesidad de más pruebas microbiológicas e irá indicando el tipo de antibiótico que se debe emplear.
Las enfermeras son los profesionales sanitarios que realizan la recogida de muestras sanguíneas para hemocultivos, y en caso de confirmarse la infección, administran el tratamiento correspondiente. A pesar de que esta prueba diagnóstica para su detección es sencilla, existe el riesgo de contaminación (es decir, hemocultivos falsos positivos) por un inadecuado procedimiento de extracción y/o procesamiento de la muestra, que es lo que se pretende atajar con esta infografía destinada a las 316.000 enfermeras españolas.
Como explica Tamara Domingo, enfermera del Instituto de Investigación, “diversos estudios científicos han puesto de manifiesto que, en ciertos servicios, como Urgencias, existe un incremento del número de contaminaciones de las muestras, lo que subraya la necesidad de realizar correctamente el procedimiento de extracción, pues un manejo adecuado y riguroso disminuye la probabilidad de su contaminación microbiológica, evitando falsos positivos”.
Estos falsos positivos son muy frecuentes (del 2 al 6%) y generan un importante gasto en prolongación de estancias y tratamientos innecesarios. Así, un hemocultivo contaminado causa un incremento medio de cuatro a cinco días en el tiempo de hospitalización y un coste añadido de tratamiento de unos 4.000 € por cada caso.
La detección de la bacteriemia (presencia de bacterias en el torrente sanguíneo) constituye una de las prioridades de los servicios sanitarios en todo el mundo, dada su importancia diagnóstica y pronóstica ya que se asocia con una elevada mortalidad y elevados costes sanitarios. De hecho, las bacteriemias suponen en torno al 25% de todas las sepsis graves, una infección sanguínea que tiene una mortalidad de entre el 8 y el 25% de los afectados independientemente de su edad. En el caso de un shock séptico, el porcentaje de mortalidad puede llegar a ser del 55%. Cada día se registran entre dos y seis nuevos casos de sepsis grave por 100.000 habitantes.
Así, el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, ha resaltado que “la calidad asistencial, el progreso en materia científica y humana, la eficiencia en los costes sanitarios y la evaluación de los resultados basados en la evidencia científica constituyen el fundamento sobre el que se ha trabajado intensamente para ofrecer este sencillo esquema para facilitar su ejecución cotidiana por las enfermeras y mejorar -como siempre- la atención a nuestros pacientes”.
Curso de ISFOS
Esta infografía también servirá como material para el curso que el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) pondrá en marcha a partir del mes de septiembre, a través de los colegios provinciales de enfermería que lo soliciten, y que será financiado en su totalidad por el Consejo General de Enfermería.
El curso, gratuito para los profesionales y para el que han solicitado la acreditación a la Comisión Nacional de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid, será totalmente online. Con 10 horas de duración, las enfermeras dispondrán de un mes para desarrollarlo a través del aula virtual de ISFOS en las cuatro ediciones que tienen previstas, desde septiembre a diciembre de 2021.