Las enfermeras son esenciales para transmitir confianza en el uso de biosimilares, mejorar la adherencia y reducir el efecto nocebo

Fruto del acuerdo alcanzado hace un año entre el Consejo General de Enfermería y BioSim, la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares, llega la primera Guía de Medicamentos Biosimilares para Enfermeras.

Un documento, que ya puede descargarse gratuitamente, cuyo objetivo es contribuir a la formación de enfermeras y enfermeros en este campo y es que, como explica el presidente del Consejo, Florentino Pérez Raya, “en el caso de los medicamentos biosimilares, cuya vía de administración es en su mayoría parenteral, el papel de las enfermeras es esencial tanto en la administración como en el seguimiento del tratamiento y en la educación terapéutica. Y todo ello repercute en la seguridad y en la eficacia, ambos estrechamente relacionados con la adherencia, un ámbito en el que la educación del paciente es clave y que es competencia de las enfermeras”.

Por su parte, Joaquín Rodrigo, presidente de BioSim, considera que “las enfermeras son unos de los profesionales sanitarios que más contacto tienen con los pacientes, siendo un pilar fundamental para conseguir una adecuada utilización de los medicamentos”. Por ello, la publicación de materiales divulgativos, como esta Guía sobre biosimilares, contribuirá a ampliar sus conocimientos y mejorar la comunicación con el paciente. “Conseguir que todos los profesionales sanitarios que interactúan con los pacientes trasladen una información homogénea mejora la confianza del paciente sobre el tratamiento”, concluye Rodrigo.

Manual de referencia

La formación de las enfermeras en este ámbito es, por tanto, fundamental y de ahí la necesidad de una guía como esta, en la que, como explica Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto de Investigación Enfermera del Consejo, “se recojan desde los conceptos más básicos, como la propia descripción de qué son los medicamentos biológicos y biosimilares y en qué se diferencian de los de síntesis química y sus genéricos, a cuáles son los actualmente aprobados en nuestro país o las dudas más frecuentes en su manejo. Se trata de un documento eminentemente práctico, de fácil consulta y en él han participado enfermeras de distintos ámbitos asistenciales y hospitales, todo con el objetivo de ofrecer una información completa y actualizada”.

La guía va, por tanto, dirigida a todas las enfermeras, independientemente de su ámbito de trabajo, y es que si bien este tipo de medicamentos se utilizan sobre todo en el entorno hospitalario cada vez son más frecuentes en otros como Atención Primaria, por lo que la formación de profesionales en este y otros niveles asistenciales es también esencial.

En este sentido, hace hincapié Diego Ayuso, secretario general del Consejo y responsable de su Instituto de Investigación Enfermera, “el objetivo es poner a disposición de las enfermeras un documento que pueda servirles de referencia, sea cual sea su actividad o modalidad de ejercicio profesional, y les aporte conocimientos esenciales y prácticos sobre los medicamentos biosimilares”.

Evitar el efecto nocebo

Los biosimilares son medicamentos biológicos equivalentes en calidad, eficacia y seguridad a los medicamentos biológicos originales, llamados “de referencia”. Los biosimilares suponen una reducción de costes con respecto a los originales por lo que su introducción, una vez ha expirado el periodo de exclusividad del fármaco original, facilita el que más pacientes puedan beneficiarse de ellos.

Como traslada Encarna Cruz, directora general de BioSim, “el número de medicamentos biosimilares ha ido creciendo progresivamente desde que en 2006 la Unión Europea aprobara el primero de ellos, concretamente, la hormona del crecimiento. Hoy, son ya 22 los principios activos aprobados y más de 70 los fármacos disponibles que se emplean en múltiples patologías como la diabetes, distintos tipos de cáncer, artropatías, osteoporosis, trastornos del crecimiento o enfermedad inflamatoria intestinal, entre otras. La aparición de los biosimilares ha supuesto que un mayor número de pacientes se beneficien antes de tratamientos biológicos que mejoran notablemente la calidad de vida”.

Pese a la notable presencia de biosimilares en nuestro país, con más de cinco millones de envases dispensados, no existía un documento específico para acompañar a las enfermeras en sus necesidades de información. En palabras de Encarnación Cruz, “la guía que ahora se presenta cubre un vacío que existía en nuestro país en relación al papel de las enfermeras en la mejora de la utilización de los medicamentos biosimilares”.

En ocasiones, los pacientes pueden tener incertidumbres cuando pasan de recibir el medicamento de referencia a recibir el biosimilar. El desconocimiento de estos tratamientos puede suponer un cierto rechazo ya desde el inicio y ante cualquiera de ellos. En este sentido, subraya Diego Ayuso, “es fundamental que todos los profesionales sanitarios implicados estemos formados y coordinados, de tal manera que el mensaje que transmitamos al paciente sea coherente. De lo contrario, si este detecta incongruencias o falta de formación, se produce una falta de confianza que puede dar lugar a efectos indeseados”. Es el efecto nocebo, por el cual los pacientes sienten que el nuevo medicamento puede producirles síntomas o efectos secundarios que se traducen en una reducción de la eficacia.

Administración

Además, la enfermera desempeña también una labor fundamental en todo lo que rodea al proceso de administración de estos fármacos y es que su complejidad y elevado peso molecular hace que, generalmente, no se absorban en el tubo digestivo por lo que su administración es, principalmente, por vía parenteral.

En este sentido, señala Macarena González, enfermera gestora de casos de Enfermedad Inflamatoria Intestinal y hepatocarcinoma del Hospital Universitario Puerta de Hierro – Majadahonda, “la enfermera debe conocer perfectamente el proceso de administración de cada medicamento y, al mismo tiempo, ser capaz de solucionar las posibles dudas que pueda tener el paciente al respecto. De esta forma, contribuimos también a generar confianza y seguridad, que luego se traducen en una mayor adherencia terapéutica”. Esto es así, añade, “tanto para los medicamentos que administra la enfermera, como para los que se autoadministra el paciente en el domicilio mediante inyección. En este último caso, por ejemplo, debemos explicarles paso a paso cómo deben administrarlos, pero también cómo conservarlos, ya que suelen requerir refrigeración, o solucionar posibles dudas que pueden surgirles si se han olvidado una dosis, si tienen que viajar, etc.”

La guía dedica precisamente uno de sus capítulos a estrategias de comunicación con el paciente y concluye con un apartado sobre dudas frecuentes, un glosario de términos y una tabla de medicamentos subcutáneos para autoadministración por parte del paciente.